Es una magnitud física que nos indica que tan caliente o fría está una sustancia y se puede medir por medio un termómetro. Cuando le se le suministra calor a un cuerpo no sólo se eleva la temperatura de éste, también se producen alteraciones en sus propiedades físicas. Podemos percatarnos que al variar la temperatura de un cuerpo, éste se dilata o se contrae, su resistencia eléctrica cambia y, si se trata de un gas su presión varía.
La temperatura es una propiedad intensiva, por lo tanto, no depende de la cantidad y de la naturaleza de la materia, sino más bien del ambiente en el que se encuentra. No obstante, la temperatura está en relación con el grado de agitación o de movimiento desordenado molecular, ante esta situación la temperatura depende del valor de la energía cinética media o promedio de las moléculas que conforman a un cuerpo o a un sistema.
Es importante hacer notar que nuestro cuerpo no detecta temperatura, sino más bien es susceptible a percibir las ganancias o pérdidas de calor.
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